Creación del Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (IICyT) y el Laboratorio y Museo Tecnológico de Química Industrial y Agrícola.
El IICyT como pionero en la investigación universitaria, modelo para la UNL por su diferenciación entre docencia e investigación, y su enfoque en la formación de investigadores.
El Laboratorio y Museo Tecnológico, por su parte, se centró en la investigación aplicada a problemas socio-productivos regionales, incluyendo servicios a la industria y divulgación del conocimiento.
Ambos espacios muestran un compromiso temprano con la innovación y el desarrollo tecnológico en la región.
El Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (IICyT) se creó por iniciativa del delegado interventor de la FQIyA, Gabriel Del Mazo. Fue lugar de desarrollo de la ciencia pura y aplicada.
Bajo la dirección de Dr. Horacio Damianovich, el Instituto se organizó en dos secciones: una de investigaciones científicas y otra tecnológicas. Esta última recién se creó en 1936, lo que no impidió que se realizaran investigaciones aplicadas.
El Instituto tuvo una característica singular para la época: la dedicación exclusiva del director a la investigación científica.
Así, se sumaba una “misión” más a la UNL: la actividad de investigación asociada a un nuevo tipo de enseñanza, la formación de investigadores.
La figura del Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (IICyT) se basaba en una triple distinción: por ser un espacio diferenciado de la Facultad dedicado a una actividad distinta de aquella; por la distinción entre la actividad de investigación y el ejercicio de la profesión; y por la separación entre docencia e investigación.
Este Instituto fue el primer espacio diferenciado dentro de la UNL dedicado a la investigación con acreditación específica: Certificado de Investigador.
El primer estatuto propio de la UNL, sancionado en 1935, toma esta figura de Instituto como modelo para toda la universidad.
Dada las múltiples tareas del Instituto, el proyecto presentado por el director, Dr. Damianovich, contaba con la siguiente distribución de dependencias:
A. Un laboratorio para investigaciones de mecánica química.
B. Un laboratorio para investigaciones especiales (dinámica, bioquímica, etc.).
C. Varios laboratorios pequeños destinados a mediciones (espectrometría visible e infrarroja, espectrometría ultravioleta y rayos X, mediciones térmicas, etc.), investigaciones fotoquímicas y electroquímicas, investigaciones termoquímicas, investigaciones radioquímicas.
D. Laboratorios e instalaciones para catálisis a altas presiones y temperaturas.
E. Laboratorio de microfotografía común, microcinematografía, microscopía ultravioleta, metalografía microscópica, y ultramicroscópica.
F. Laboratorio de análisis y preparaciones y colección de especies definidas con sus respectivas constantes físicas y químicas para el uso de los diferentes laboratorios de investigación del Instituto. ç
G. Cámara termostato.
H. Taller de trabajos de vidrio con un anexo de taller mecánico de precisión.
I. Taller fotográfico.
J. Depósito de útiles y sustancias.
K. Biblioteca y dirección.
Plano adjunto a la nota expedida por Del Mazo, «propiciando la erección de nuevos locales como consecuencia necesaria de la importante ampliación de funciones que la Facultad con su Escuela Industrial ha tomado y seguirá tomando».
Fuente: «Primera memoria del Director del Instituto relativa a su instalación, organización y plan de trabajos». Dr. Horacio Damianovich. Agosto,1930
La FQIyA se destacó por su temprana apuesta a la investigación, creando en 1929 el Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (IICyT), un instituto dedicado a la ciencia pura y aplicada, con un director dedicado exclusivamente a la investigación.
Este modelo se extendió a toda la universidad, marcando un hito en la institucionalización de la investigación en Argentina.
La investigación orientada a la resolución de problemas socio-productivos se materializó en la FQIyA con la creación, en 1920, del Laboratorio y Museo Tecnológico de Química Industrial y Agrícola.
Por iniciativa de Horario Damianovich, este espacio formativo y de investigación se convirtió en un modelo a seguir por otras universidades nacionales.
La primera labor del Museo y Laboratorio Tecnológico fue la realización de una encuesta estadística sobre las industrias de la región.
Recién en 1926, se efectivizó la operatoria y Gustavo Fester fue designado como Director.
El Laboratorio era un espacio de especialización para que los estudiantes realizaran trabajos de investigación técnica o científica o en ramas de una determinada industria. También formaba parte del currículo de Ingeniería Química, se realizaban tesis e investigaciones que podían incluir aspectos técnicos vinculados no solo a la química sino también a la mecánica para equipos industriales.
Para ello se instaló “una pequeña fábrica donde se podían elaborar los principales productos del país”. Este es el antecedente directo de lo que hoy se conoce como “planta piloto”.
En estos laboratorios se abrieron a nuevos servicios públicos para el estudio de materias primas y ensayos industriales. Se organizó una sección para la divulgación de conocimientos y cursos sobre los
avances de la química industrial moderna. Todo esto se complementaba con investigaciones estadísticas acerca de la instalación, funcionamiento y necesidades de las industrias de la región.
El Museo tenía funciones internas que incluían la ampliación y sistematización de colecciones de materias y productos industriales y la compilación de bibliografía especializada. Las funciones externas se
orientaban a la atención de consultas técnico-científico-económicas de fábricas; el acceso público a la biblioteca y al conocimiento de los principales procesos productivos; y espacios para estudios especiales
de carácter técnico-industrial.
El Museo llegó a reunir 6.500 muestras de materias primas, productos intermedios y elaborados, demostrando cada fase de las elaboraciones industriales, y más de 3.300 catálogos, particularmente de maquinarias de industria química.