Experiencias de Prácticas Extracurriculares: AGUSTÍN

Cuando ingresé a la facultad y supe de la posibilidad de poder llevar a cabo prácticas extracurriculares, no dudé ni un segundo y me anoté. Soy de la idea de que está bueno aprovechar la posibilidad de saber como es el funcionamiento de un grupo de trabajo, antes de salir al ámbito laboral una vez que nos recibimos. Lo bueno del régimen de prácticas extracurriculares es que tienen una carga horaria que, en mi opinión, es adecuada a la carga horaria promedio del cursado, entonces no es que sobrecargan nuestros horarios. Además, yo me he encontrado con mucha consideración por parte de los directores y sub-directores con los que he tenido el gusto de hacer prácticas respecto a los horarios: me han dicho que si necesitaba unos días para estudiar o algo, que no había problema, que mi prioridad era el estudio.

En mi caso particular, me anoté en esta práctica porque me interesa mucho el campo de los polímeros, y dado que no tenía mucho conocimiento ni mucho menos experiencia en él, decidí postularme para saber de qué se trata. Me encontré con un grupo de trabajo genial (cabe aclarar que en todas las prácticas que he hecho, me he encontrado con grupos buenísimos de trabajo) y con gente dispuesta a ayudarme en lo que necesite. Creo que eso es muy útil, porque ayuda a desenvolverse en un ámbito que para nosotros es nuevo y recién estamos conociendo. Cada día que voy aprendo algo nuevo, ya sea alguna técnica de laboratorio, alguna propiedad de los polímeros que desconocía, alguna técnica analítica e incluso hasta el manejo de algún equipo.

Aparte conocí cómo es el tema de la investigación: de que se tratan las tesis doctorales, cuánto duran y como es su régimen a lo largo del doctorado. También me han contado sobre las aplicaciones industriales de lo que hago y donde es que se hacen y demás. Cuando uno se anota en una práctica, todos los días aprende algo, que muchas veces no se dicta en forma de clases en la facultad, y eso está buenísimo.